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Perezoso de Unau
Choloepus didactylus
El mamífero más lento del mundo
El perezoso unau, también llamado perezoso de dos dedos, es el mamífero más lento del mundo. Su velocidad de movimiento oscila entre 0,5 y 1,5 km/h y vive encaramado en las copas de América Central y del Sur, donde lleva una vida tranquila y discreta.
Pasa casi el 80% de su tiempo durmiendo. Su metabolismo es extremadamente lento y su temperatura corporal, sorprendentemente baja, oscila entre 24 y 33 °C, dependiendo del clima. Su frecuencia cardíaca a veces cae a 40 latidos por minuto, incluso cuando se mueve.
Su pelaje alberga algas microscópicas que le dan un tinte verdoso en la estación húmeda y más marrón en la estación seca. Este camuflaje le permite escapar de sus depredadores, como el jaguar, que tiene dificultades para identificar a un animal inmóvil escondido en la vegetación.
El perezoso unau es principalmente herbívoro. Se alimenta de hojas jóvenes, flores, tallos y bayas. También puede tragar algunos insectos o larvas. Su digestión es tan lenta como sus movimientos: algunas comidas tardan casi un mes en asimilarse.
En el zoológico de Guadeloupe, puede observar este increíble estilo de vida y comprender por qué el perezoso desempeña un papel esencial en la regeneración de los bosques tropicales.
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Quelques anecdotes
Una vida con la cabeza gacha
El perezoso pasa alrededor del 90% de su tiempo colgado boca abajo. A diferencia de otros mamíferos, su pelo crece desde el vientre hasta la espalda. Por lo tanto, el agua de lluvia fluye naturalmente cuando es devuelta. Y para ahorrar energía, solo baja del árbol una vez a la semana... solo para satisfacer sus necesidades. Aulla, gruñe y envía señales corporales, lo que fortalece los lazos dentro de la manada.
L'Unau, una amante de los pacientes
Para los perezosos, el amor se vive sin prisas. La hembra es fértil a partir de los 3 años, el macho a partir de los 4 o 5 años. Cuando llega la estación, las parejas se abrazan durante 48 horas seguidas.
La gestación dura de 10 a 11 meses y da a luz a una sola cría que pesa entre 300 y 400 gramos. Aferrándose al útero de su madre, poco a poco descubre su dieta al probar lo que consume. Al igual que ocurre con la hormiga, otra especie arbórea del zoológico, el vínculo madre-hijo es vital para su supervivencia.
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