
Morrocoy de la Selva
Chelonoidis denticulatus

La morrocoy amazónico del zoológico
La Morrocoy de la Selva (Chelonoidis denticulata) es una tortuga terrestre grande originaria de Sudamérica y las Antillas Menores. Debe su nombre a los pequeños «dientes» visibles en el borde de su caparazón, una característica que la distingue de la tortuga carbonera de patas rojas.
Vive en las selvas tropicales, a menudo a la sombra de los árboles y en áreas frescas. Por lo general, está activo temprano en la mañana o al final del día, cuando las temperaturas son más soportables.
Su caparazón marrón y ligeramente abovedado está marcado con patrones amarillos o naranjas. Puede medir hasta 45 cm y puede vivir más de 50 años en cautiverio cuando las condiciones son favorables.
Omnívoro, se alimenta principalmente de frutas, hongos, hojas y flores, pero también puede consumir pequeños invertebrados de vez en cuando. Esta dieta variada le permite desempeñar un papel importante en la dispersión de semillas y el mantenimiento de la biodiversidad forestal.
La especie está clasificada como Vulnerable (VU) por la UICN. Está amenazada por la deforestación, la caza y el comercio ilegal de mascotas.
En el zoológico de Guadalupe, la Morrocoy de la Selva se encuentra con la tortuga Charbonnière de patas rojas y otras especies neotropicales icónicas.














Quelques anecdotes

Un experto en siestas
La tortuga denticulada evita el calor del día. Pasa gran parte de su tiempo descansando en áreas frescas y sombreadas. Esta estrategia le permite limitar su gasto energético y soportar mejor los climas tropicales húmedos.

Un viajero discreto
Aunque se mueve lentamente, la tortuga denticulada puede recorrer largas distancias en el bosque para encontrar nuevos puntos de agua o frutos que hayan caído al suelo. Este movimiento lento pero regular contribuye a la diseminación natural de las semillas. Por lo tanto, se considera un aliado de la selva tropical.
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