
Boa constrictora
Boa constrictora

La boa constrictor, el gigante de los bosques tropicales
La boa constrictor (Boa constrictor) es una de las serpientes más grandes de América Central y del Sur. Se encuentra en bosques húmedos, áreas secas, manglares e incluso en los bordes de las áreas agrícolas. A pesar de su impresionante tamaño, sigue siendo un animal tranquilo y discreto, que evita el contacto con los humanos.
La especie está clasificada como de menor preocupación (LC) por la UICN. Sus poblaciones aún se mantienen estables, aunque algunos sectores se ven afectados por la destrucción de su hábitat y el comercio ilegal. Resistente y adaptable, la boa desempeña un papel esencial en la regulación de las poblaciones de pequeños mamíferos.
La boa constrictor puede medir entre 2 y 3 metros, a veces más según la subespecie. Su cuerpo musculoso le permite inmovilizar a sus presas por constricción. Rodea lentamente a su víctima, aprieta sus anillos y corta la respiración sin aplastar los huesos. Esta técnica precisa y rápida lo convierte en un depredador eficaz, sin utilizar veneno.
Su dieta varía: roedores, aves, lagartijas y pequeños mamíferos. La boa caza principalmente al acecho. No se mueve mucho, ahorra energía y ataca en el momento perfecto. Su digestión es lenta; después de una comida abundante, puede pasar varios días sin comer.
En el zoológico de Guadalupe, la boa se presenta en el insectario, cerca de su prima, la boa arcoíris. Su calma y tamaño siempre impresionan a los visitantes.














Quelques anecdotes

Un lenguaje que «huele» a aire
La boa usa su lengua bifurcada para analizar su entorno. Captura las partículas fragantes presentes en el aire y las transmite al órgano de Jacobson, ubicado en el palacio. Gracias a este sistema altamente sensible, puede detectar presas, identificar a un depredador o seguir un rastro dejado unos minutos antes.

Un maestro del camuflaje
La boa tiene un patrón de manchas marrones y beige que le permite desaparecer en la vegetación. Este camuflaje es tan efectivo que, en la naturaleza, puede permanecer invisible incluso cuando se encuentra a pocos metros de un observador. Esta estrategia se usa tanto para cazar como para protegerse de los depredadores más grandes, como el jaguar.
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